Los niños cada vez llevan las agendas más cargadas, van al colegio, hacen deberes y tienen extraescolares que van desde el mínimo (un idioma y algún deporte) hasta el patinaje artístico con un diccionario de hebreo antiguo en la cabeza.
En el caso de la mayoría de los niños con necesidades educativas especiales el descanso es mínimo, ni les viene bien ni es recomendable dejarles largos espacios sin nada que hacer.
Eso sí, en verano, se busca una la forma de trabajar de otra forma: con más agua y calle.
Con esta actividad se trabaja la motricidad fina y la coordinación óculo motriz, si queréis llevarla más allá también podéis trabajar colores, tamaños, números...
Para hacerla sólo necesitáis un barreño, una cuchara para hacer bolas de helado, pelotas de diferentes tamaños, colores y densidad (para que unas se hundan y otras no), un sitio donde echar las pelotas y una toalla (o dos).
Yo esta actividad me la apuntaría para todos los niños, especialmente para los más pequeños, que en verano hay mucho tiempo libre.
Ya os iré poniendo alguna idea más para hacer en verano, de momento voy a estar unos días desconectada del wifi (a ver si sobrevivo), a la vuelta ya hablamos :D
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