Esta ha sido mi última creación en cuanto a tartas de chuches.
Ha sido el regalo de cumpleaños de mi hermana y aunque no acabé del todo satisfecha con el resultado por lo que me han dicho ha tenido mucho éxito.
El tamaño se me fue un poco de las manos y al final acabé poniendo muuchas chuches y aunque la tarta era para unas veinte personas y todos los invitados se han llevado una bolsita a casa, han sobrado.
El tema de la tarta fue un poco improvisado. Quería hacerla de Harry Potter pero no se me ocurría ningún diseño que me convenciese, así que al final se la hice de Pitufos, que están de moda y son muy monos.
Además el detalle de añadir nubes con forma de pitufo fue una de las cosas que más llamó la atención.
El procedimiento para hacer las tartas de chuches ya es muy conocido pero por si acaso, lo repito.
Se cogen tantas láminas de corcho blanco como pisos vaya a tener la tarta, se les dá la forma deseada y se forra todo con papel de plata o papel de seda (yo nunca las he forrado con papel de seda pero últimamente lo he visto bastante, es una buena idea para que el fondo no se note entre los huequecitos de las chuches).
A partir de ese momento sólo hay que distribuir las chucherías como más te guste y empezar a pincharlas con varillas de plástico (archiconocidas en el Mercadona). Yo las parto por la mitad para que cundan más.
Si queréis poner un peluche como en este caso, colocadlo antes que las chuches. Yo lo pinché con alfileres y no se salió de su sitio, a pesar de que la pobre tarta sufrió bastantes bandazos.
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