En esta ocasión con veinticinco niños de por medio. Una actividad integrada en la época en la que estamos, divertida y muy sensorial.
Aquí nuestro paso a paso.
Necesitamos:
- Huevos (duros, para comértelos después y sobre todo, para que cuando ocurran los accidentes que ocurren cuando unes niños y huevos, el desastre sea más controlado).
- Recipientes con agua.
- Un chorrito de vinagre.
- Colorante alimenticio.
- Pegamento, tijeras, rotuladores, purpurina, confeti, troqueladoras, papeles...
En nuestro caso además teníamos una hoja de inspiración:
Lo primero que hacemos es cocer los huevos. Es bueno que los niños vean todo el proceso y explicarles los pasos. Así el taller tiene también su parte de ciencia. Yo les expliqué que con el vinagre, el color se fija mejor y ellos mismos hicieron las mezclas con los colores.
Los fueron metiendo en los recipientes y los dejamos un rato allí (unos quince minutos, pero es bueno llevar preparada una actividad para el tiempo de espera). Después los pusimos a secar. Llevaca un secador preparado, pero no hizo falta, se secaron rápido.
Es tiempo de la parte creativa y divertida. De liarla parda con todos los materiales puestos a disposición de los niños. Nosotros tuvimos un huevo policía, huevo superhéroe, huevo con mensaje, huevo fiestero, huevo minion...
¿Con cuál os quedáis?
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